sábado, 5 de enero de 2008

Excursiones Balsas de bambú, Thailandia

Son muchas las agencias de Chiang Mai que organizan estas excursiones cuya duración oscila entre una hora y una semana. Se venden combinadas con lentos descensos por ríos a bordo de tradicionales balsas de bambú. Y no se extrañe nadie si durante la travesía río arriba aparecen vendedores con el agua, literal, hasta el cuello ofreciendo collares, pulseras, cerámica... Es un pequeño y habitual mercado flotante.

Turistada o no, el paseo es, seguro, una experiencia curiosa, tanto por lo divertido del torpe meneo del animal como por el entorno. Si el lento balanceo provoca risas, más gracioso resulta aún ver cómo, gracias a un estricto adiestramiento, los paquidermos asiáticos, grises y más pequeños que los africanos, son capaces de jugar al fútbol, caminar a tres patas, pintar un cuadro y hasta pedir limosna y coger euros, dólares o bats con la trompa.

Este rincón del planeta esconde más secretos que conquistan a niños viajeros. Como visitar una fábrica de sombrillas chinas, la de Bosang, donde todo se crea de manera artesanal, según técnicas tradicionales que se transmiten de generación en generación. Es curioso ver cómo se talla el bambú que hará de soporte a los paraguas. El colorido de los papeles de arroz y de las sedas secando al sol es hermoso. Pero lo que más les gusta a los niños es que pueden pintarles, allí mismo, en su camiseta una mariposa, o flores... ¡a la carta!

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